Destino: Inglaterra

Destino: Inglaterra

Es difícil decir cuál es el mayor atractivo cinegético que ofrece Inglaterra, ya que te sientes muy enriquecido, simplemente, con adentrarte en su verde campiña, pero me atrevería a recomendar este destino como un paraíso para los amantes de la caza de menor y del corzo.


En cualquier caso, un coleccionista puede aumentar su acopio con sus seis principales especies cinegéticas.

 

Corzo (Capreoulus Capreolus)

Es sabido por todos que la densidad de este corzo continental es menor en Inglaterra que otros destinos tradicionales, como Hungría, Polonia, Serbia, etc. Aquí lo normal es abatir en seis salidas cuatro o cinco corzos. Hablamos de corzos entre los 450 a 650 gramos.

 

En los territorios que están más al norte, sin menospreciar las regiones de Norfolk y Yorkshire, la calidad baja algo más en pesos, pero mantienen la belleza. La ventaja aquí, aparte del precio, es que los permisos se amplían, logrando abatirse del orden de sesenta corzos por coto. Por tanto, el mejor programa para cazar en Inglaterra sería combinar dos o tres zonas en cinco días.

 

Muntjac (Muntiacus muntjak)

Curioso animal que importó el Duque de Bedford desde el sur de Asia donde aún se pueden encontrar en Sri Lanka, China, India, Nepal y alguna isla de Indonesia. Se expandió rápidamente al escaparse un grupo del conocido Woburn Park, en Bedfordshire, en 1925, y su parecido con el corzo ayudó a estar protegido, ya que los oriundos de la zona lo confundían con crías de corzo, hasta que empezaron a sorprenderse de esos inapropiados colmillos que asoman bajo los labios. Un ejemplar tirable debe tener al menos diez centímetros de cuerno. La mayor población se encuentra en la zona norte del país.

 

Un poco de historia…

Los reyes británicos y la nobleza, en su día, eran dueños de todos los gamos y venados del país, castigando a todo aquel que, por el motivo que fuere, abatiera esos preciados trofeos.

Mucho después, ya en tiempos de los reyes Eduardo VII y Jorge VI, a finales del s. XIX, se abatían entre las principales familias de la realeza del orden de los 5.000 faisanes por temporada. Estos monarcas inculcaron esta forma de cazar a nuestro rey Alfonso XIII y este, a su vez, la introdujo en España, estableciéndose esta modalidad tal como la conocemos hoy y que nos ha convertido en el referente mundial del ojeo.

 

Gamo (Dama dama)

En el Reino Unido se dan diferentes variedades de gamos, según la zona. Las diferencias se manifiestan en el pelaje, siendo unos más claros que otros. Hay una controversia acerca de quién introdujo la especie, si los normandos o los romanos; en cualquier caso, es otro animal adorado y protegido por la realeza y que ha proliferado por todo el país de manera estable, estando cotizado por cazadores de todo el mundo, aunque quizás no tanto como el ciervo. Los mejores rankings de trofeos están cada año en Essex, al sur del país.

 

Ciervo rojo europeo (Cervus elaphus)

Sin duda, el mayor mamífero del país, extendido por toda Gran Bretaña. Es el rey coronado de la campiña y los bosques británicos. Se le muestra una especial adoración y al cazador se le exige una deportividad exquisita a la hora de cazarlo, muy digna de respetar. Las áreas colinosas del norte del país en Norfolk cobijan auténticos monstruos, por supuesto, muy cotizados e, incluso, tropezando con listas de esperas de hasta cuatro años en determinadas fincas. Al igual que en el resto de Europa, sobre el 15 de septiembre comienza el celo.

 

Ciervo sika (Cervus nippo)

Extremadamente difícil de cazar, pues, aparte de su astucia, es notablemente nervioso y sensible al ruido y al movimiento. Una vez que se localiza no se puede tardar más de diez o veinte segundos en tirar, ya que si nota la presencia del hombre corre sin parar y la cacería queda frustrada.

Además, a pesar de ser de menor tamaño que el ciervo rojo, es mucho más duro, encajando los disparos con fuerza y con facilidad se quedan pinchados, por lo que la mayoría de los guías te proporcionan calibres pesados.

 

Caza menor

Lo más significativo son ojeos de faisanes y patos, por supuesto, repoblados. En estas batidas no se puede doblar puesto y se tiran las aves lo más alto posible, salvaguardando la deportividad del tiro, no tirando a menos de 30-35 metros y prohibiendo la caída de los plomos en ríos o lagos. La indumentaria debe obedecer a la elegancia tradicional y se considera una buena cacería cuando se llega a unas 500 piezas.

Los alojamientos en Inglaterra son, por lo general, de primer orden, guardando el sabor de la tradición inglesa con un sencillo y elegante estilismo venatorio.

 

Texto: Julio González Marco (Atlas Hunting Outfitters).
Fotos: Atlas Hunting Outfitters y Visit Britain (J. Henderson, M. Brent y R. Edwars).

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